Escoger el tipo de suelo ideal para cada una de las estancias de la casa en una de las decisiones más importantes a la hora de realizar la reforma integral de tu hogar.
Además de considerar aspectos como la estética y el precio, es fundamental que tengas en cuenta otros factores como el tránsito que va a tener que soportar el pavimento, la durabilidad de los materiales que quieres instalar o su resistencia a la humedad y a los cambios de temperatura.
Principales tipos de suelo que puedes instalar en tu hogar
Apoyándonos en nuestros cerca de 20 años de experiencia en reformas integrales y en la instalación de todo tipo de pavimentos, te proponemos una lista con diferentes tipos de suelos para que escojas los que mejor se adapten a tus gustos y necesidades.
Suelos cerámicos y porcelánicos
Destacan por su versatilidad y altas prestaciones. En este sentido, los suelos cerámicos y porcelánicos son muy resistentes, sencillos de limpiar y de mantener debido a su dureza, baja porosidad y propiedades antideslizantes.
Los colores, diseños y precios disponibles son muy variados y, especialmente en el caso de los porcelánicos, pueden imitar el mármol, la piedra natural, la madera, el barro y otros materiales, lo que permite adaptarlos a diferentes estilos decorativos.
Asimismo, su aspecto no varía con los cambios bruscos de temperatura, humedad o exposición a agentes químicos. También son un buen aislante térmico, lo que permite instalarlos tanto en interior como en exterior.
Como inconvenientes, los suelos porcelánicos necesitan un material de agarre especial con un coste superior al utilizado en el gres convencional. Además, su reemplazo puede ser bastante costoso.
Suelo de piedra natural, mármol y granito
Incluyen el mármol, arenisca, granito, laja o terracota, entre otros materiales. Los suelos de piedra natura tienen una resistencia y una dureza todavía mayores y también son de fácil mantenimiento.
Además, frente a los suelos porcelánicos u otros materiales que los imitan, la piedra natural presenta una autenticidad y una estética muy difíciles de igualar. ¿El problema? Son de difícil colocación y reemplazo y el costo puede llegar a ser elevado.
Suelos de madera natural o parquet
Tremendamente estéticos y acogedores, los suelos de madera transmiten calidez y personalidad a cualquier espacio. Además, pueden adaptarse a todo tipo de diseños, son fáciles de limpiar y muy agradables al tacto.
Como contrapartida tienen un precio elevado, son más propensos a la aparición de arañazos o marcas y soportan peor la humedad (aunque existen tratamientos específicos para que resistan el agua).
Para limpiarlos se puede usar la fregona evitando el exceso de agua, aunque la mayoría de fabricantes recomiendan pasar la aspiradora y emplear mopas y productos específicos de limpieza para la madera.
Suelo laminado o tarima flotante
Las nuevas tecnologías permiten fabricar laminados que reproducen fielmente los materiales naturales, pero con un precio mucho más económico.
Estos materiales cuentan con la apariencia y calidez de la madera natural, pero con mayor resistencia a impactos, humedad, temperatura y a los productos químicos.
Además, las tarimas flotantes se pueden colocar fácilmente (son láminas unidas entre sí que pueden instalarse directamente sobre suelo antiguo) y son fáciles de limpiar.
El principal inconveniente es que, a diferencia de las maderas naturales, los laminados no se pueden pulir ni restaurar una vez se han deteriorado.
Suelos de vinilo o PVC
Una de las alternativas más económicas para revestir y redecorar al mismo tiempo. Se pueden colocar fácilmente sobre cualquier superficie (incluidos revestimientos previos) y ofrecen una amplia variedad de diseños y colores, que pueden imitar la estética de la madera, la piedra u otros materiales.
En este sentido, aunque no alcanzan la textura y la calidad de los materiales que imitan, tienen un precio más económico y son buenos aislantes térmicos y eléctricos.
Su principal inconveniente es que puede ser menos resistente en lugares de mucho tránsito.
Suelos de microcemento
El microcemento es un material que se puede aplicar sobre cualquier piso ya instalado, lo que lo convierte en una solución ideal para reformar el suelo sin necesidad de retirar el pavimento anterior.
Es una opción más barata que las anteriores y muy utilizada en viviendas de estilo minimalista, debido a su sobriedad y a que posibilita jugar con distintos tonos y colores.
También es un material muy resistente y lo suficientemente rígido como para que no se produzcan grietas. Además, al ser un pavimento liso y continuo, elimina el riesgo de filtraciones y es de fácil limpieza y mantenimiento.
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